Me introduje en el mundo del deporte un poco antes de los dos años cuando esquié por primera vez. A los 6, participé en la primera competición de esquí alpino y esta disciplina se convirtió en mi deporte y en mi vida.

Con tan solo 13 años me trasladé a los Alpes Franceses con la selección española de esquí alpino, donde los entrenamientos y las competiciones eran nuestro mayor objetivo sin olvidar nunca los estudios.

Allí empezó mi profesionalización como deportista y pude competir con aquellas deportistas en quién me había reflejado, a quienes había admirado.

Esa etapa finalizó en 2001, con los 18 recién cumplidos. Una lesión en la rodilla me apartó no solo de la competición, sino que también cambió mi vida por completo y desaparecieron los entrenamientos, las becas, los patrocinadores, los desplazamientos, las concentraciones, etc.

Gracias a la implicación del Dr. Cugat conseguí, poco a poco, recuperarme de una lesión que inicialmente fue diagnosticada cómo irreversible.

Así pues, después de dos operaciones y de mucho trabajo y esfuerzo volví a las competiciones de esquí, esta vez en esquí de montaña.