‘Lo Bueno, si breve dos veces bueno’. A menudo pensamos que entrenar muchas horas y hacer muchos kilómetros es la mejor receta para conseguir nuestros objetivos físicos y, muchas veces, la cantidad nos da justamente el resultado contrario: cansancio físico y psicológico, lesiones, mala conciliación familiar y laboral. Las series, los fartlek, las subidas … el trabajo de calidad, a pesar de ser muy exigente, es una de las claves para mejorar nuestro rendimiento.
Mis 5 motivos
1. Mucho trabajo en poco tiempo: intensidades altas durante ratos cortos.
2. Cuerpo y mente en el entrenamiento: exigen concentración. Poniendo todos los sentidos en lo que hacemos, se saca mucho más rendimiento.
3. Recuperación más corta y menos carga articular: tiempo de recuperación inferior a una salida larga y menos carga articular.
4. Capacidad de asimilar altas intensidades: ponemos el cuerpo en una situación de estrés elevado imprescindible para mejorar el rendimiento.
5. Motivación: adaptarse no es fácil, pero cuando lo conseguimos, las mejoras son palpables, muy motivantes y adictivas. Hay que ser constante.
A tener en cuenta:
1. Los entrenamientos de calidad son muy exigentes, hay que introducirse paulatinamente y bajo la supervisión de un entrenador. Si no se hace de esta forma es fácil caer en lesiones crónicas y en sobreentrenamiento.
2. No se puede abusar y deben ir combinados con sesiones suaves para asimilarlos.
3. La recuperación es la base de un entrenamiento bien hecho.
En resumen:
¡Muy fan de la calidad, pero como todo en la vida, con coherencia!